Feliz Navidad

Llegados a estas fechas tan entrañables del año y tras recibir miles y miles de mails con felicitaciones navideñas, elfos que bailan, bonos descuento en centros de estética y cientos de ofertas para comprar mis regalos de Navidad al mejor precio... no me queda más que reflexionar sobre el tema de la semana: la cena de Nochebuena.
Ese día tan señalado te reúnes con toda tu familia. Tu madre se ha pasado toda la tarde en la cocina preparando una cena súper-especial. Y cuando digo súper-especial, es que es súper-especial: pavo relleno, lubina a la sal, confit de pato, solomillos con foie, asado de cordero, bogavante del Cantábrico... todo ello sumado a ingentes cantidades de entrantes (ensalada, langostinos, patés y quesos, jamón ibérico...) y a toneladas de dulces navideños (mazapán, turrón, polvorones, bombones...). Después llega la hora de los cafés y la sobremesa, ese incómodo momento en el que llegan los tíos de Alicante y tienes que preguntarles que tal les va el trabajo, como andan de las varices, y si ya llevan mejor lo de la úlcera. En fin, una gran conversación que, como no, se va haciendo más emocionante con cada trago de licor. Las palabras fluyen y la confianza se retoma a la par que aumenta el cariño y la exaltación del amor y la fraternidad familiar. Poco a poco, llega la hora de los cubatas, esos combinados maravillosos que te preparas con el wisky añejo que lleva 15 años en casa, o con ese martini que tiene más años que tú mismo.
En fin, después de esta suculenta cena sólo me queda deciros:
¡Tomaros un Almax, y Feliz Navidad!

Yo real vs yo ideal

Estrés, ansiedad, depresión... son conceptos que cada día oigo, escucho y entiendo más. ¿Cuántas veces habré escuchado hoy esas palabras? ¿Cuánta gente a mi alrededor me ha dicho que está estresada, deprimida o que tiene anisedad?
Son las enfermedades del siglo XXI, son una de las mayores causas de baja laboral, son el culmen de la insatisfacción, de la infelicidad.
Ayer oí en la tele, o lo ví, o sólo lo escuché... que las películas románticas tipo Pretty Woman han contribuido a la insatisfacción y a la infelicidad porque han creado un prototipo de "amor" y de "éxito" demasiado ligado a imposibles. Esa búsqueda de lo ideal nos lleva a la insatisfacción permanente, al querer mejorar continuamente... Quiero un trabajo mejor, quiero un príncipe azul, quiero tener hijos, quiero ser una supermujer, quiero estar buenísima... Todo son cosas que se quieren pero que, al no conseguir en nuestro día a día, nos frustran sobremanera. Es la frustración del "yo ideal". Es el no aceptar el "yo real".
Pero qué difícil es aceptarse a uno mismo.

Tirón de orejas

¿Quién es Bibiana Aído? ¿De verdad conocemos a la Ministra de Igualdad? ¿Qué labor está llevando a cabo este Ministerio? ¿Está funcionando?
Son preguntas que me vienen a la cabeza cada vez que veo las cifras de mujeres fallecidas a manos de sus parejas. También me vienen a la cabeza en días como hoy, en los que se han presentado en Zaragoza nuevas medidas para acabar con la violencia machista. Y hoy me han venido a la cabeza a raíz de ver esto. Dice El Mundo que los españoles hemos buscado muchísimas veces el nombre de la Ministra en los buscadores de internet. Será porque no sabemos quien es, o porque no recordamos su cara, o porque no conocemos qué políticas están llevando a cabo en este Ministerio. De todos modos, tirón de orejas para la Ministra.

El derbi

Hace 58 años, una nochevieja del año 1950, se disputó el primer derbi aragonés. En aquel partido el Zaragoza ganó 3-0 al Huesca. Este sábado 6 de diciembre se repetirá esta efeméride.
Las apuestas, las porras... ya se han puesto en marcha. Yo no apostaré. Sinceramente, no entiendo nada de fútbol. Igual os preguntáis por qué, entonces, escribo esta entrada en el blog. La respuesta no la tengo clara, lo que sí tengo claro es que mis compañeros de trabajo llevan toda la semana hablando del tema. Por eso será.