sábado, 27 de septiembre de 2008

Otoñea

Son las cuatro y cuarto de la tarde, a finales de septiembre. Ya no es verano. Esta mañana he pasado frío al ir a trabajar. Pero ahora luce el sol. Calienta. Me ilumina a través de la ventana del estudio.
Llevo unos días soñando despierta. Tal vez viaje a Las Vegas en octubre. Y de ahí a Los Angeles, al Gran Cañón, a Nueva York. No sé. Me ilusiona, pero a la vez sé que es difícil. Siento que va a pasar algo que me impedirá ir. Por eso no me quiero hacer ilusiones. Con todo, sería bonito.
¿Os ha pasado alguna vez? ¿Es un presentimiento? ¿Es un mecanismo de autoprotección? Seguramente lo segundo, mi subconsciente me protege para que no sufra si finalmente no consigo ir. Que curioso esto del subconsciente. ¿Qué diría Freud en este caso?

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